7/12/10

Fototeca Juan Crisóstomo + Galerías del Palacio (Volcanes) + Mural de los Poblanos:

Fototeca Juan Crisóstomo – centro histórico de la Ciudad de Puebla. Exposición: Lugar común. Artistas  retratados en su casa-taller – en la definición de Carlos Varillas, compartida por Laurence Le Bouhellec : un ser concentrado entre sus propios muros pero abierto y desplegado en sillas, mesas, libreros, estantes, máquinas de coser, computadoras, recipientes e instrumentos diversos … espacio abierto y cerrado a la vez con sus necesarias y variadas individualizaciones, marcas de tiempo, marcas del trabajo también, memoria de la ropa, el piso o del muro, según, de la mesa y del lienzo también.  Fotografías que muestran las facetas del proceso de creación de una obra. Lugar común – título que remite a que el arte puede ser creado en el más común de los lugares. Títulos de fotografías que atrapan a soñadores como yo. “Un espacio para ser feliz” – “Me gustaría conocer mi contexto” – “Espacio de ideas” – “La luz que deja ver la forma” – “Luz” – “Fábrica de sueños”. El haber conocido un cuarto obscuro. Impresión. Sorpresa. NOVEDADES DE PUEBLA: antiguas fotografías poblanas. Fotoperiodismo. Fototeca. FOTOGRAFÍA. Ser feliz.

Galería del Palacio – centro histórico de la Ciudad de Puebla.  Exposición: Volcanes – una expresión de poblanidad. Artistas representando su imaginario individual a través e la idea de volcanes –característica de Puebla.  Apreciar la subjetividad . Imaginar e intentar entender la visión que un artista posee hacia cierto tema, intentar explicar –o no hacerlo- qué buscaba decir. Aceptar una invitación para conocer un mundo nuevo.  Sorpresa que se incrementa mientras uno ve las obras. “Retrato familiar con fotos de volcanes” –Antonio Álvarez Morán. Entender y abrazar la subjetividad.



El Mural de los Poblanos – centro histórico de la Ciudad de Puebla. Hermoso restaurante, hermoso. Nombre del restaurante hace alusión al mural (por supuesto, por Antonio Álvarez Morán). Mural que retrata a “poblanos” sobresalientes – high society meets arts – Sorprenderse ante la existencia de otro mural (sobra mencionar el autor):  “El Mural de los Dichos” – más.qué.sublime – Encontrar una serie de dichos mexicanos en el mural. Diversión garantizada por un buen rato. Encontrar el folclor de los dichos mexicanos en el mural. Una copa de vino – brindar  por el haber encontrado uno de mis lugares favoritos en el Centro de Puebla. 



Talavera Santa Catarina


Visita. Coincidió con el Día de mi Cumpleaños. Proceso de fabricación de la Talavera. Jarrones. Pintura. Espejos.  Azulejos. Colores. Recuerdos de Gaudí. Platos. Ligeras sospechas. No puedo encontrar palabras – mejor recurro a las fotografías.  





















Altares en el Centro de Puebla



Centro Histórico de Puebla. Flores de cempasúchil, olor característico. Calaveras de dulce y de chocolate. Incienso. Papel de china con figuras, Altares dedicados. ABC. Migrantes. Frida Kahlo y Diego Rivera. Mandarinas. Guayabas. Calaveras. Pan de Muerto.  Calabaza. Dulces típicos. Mole poblano. Fotografías.  Toparme con “El Viejo Trotamundos”.  Concurso de Esculturas.  Sueños Desprendidos. 





















La Casa de los Muñecos



De igual manera que la Casa del Alfeñique, ubicada en el Centro Histórico de la Ciudad de Puebla, La Casa de los Muñecos reúne una hermosa colección de pinturas que quitan al aliento al contemplarlas.

Su fachada, que resulta estar compuesta de imágenes de muñecos (de ahí el nombre) que representan a los antiguos regidores de la Ciudad. Controvertida desde sus inicios, pues era mayor –en extensión – al Palacio Municipal, desde el siglo XVIII la Casa de los Muñecos representa un atractivo visual para todo aquél que visite el Centro Histórico.

Resulta imposible tomar nota y no perderse dentro del lugar, debido a sus extensos cuartos e impresionantes pinturas. Saltan a la visa dos en particular: La copia europea (bastante fiel) de La Sagrada Familia y las pinturas de los Pintores más representativos de la Escuela Poblana (del siglo XVII al XX).

De igual modo, La Casa de los Muñecos funge como un espacio para exposiciones fotográficas (el día de la visita había una hermosa exposición de fotografías revolucionarias) así como (funge) como restaurante –en la parte inferior – . 








Casa del Alfeñique


Ubicada en el Centro Histórico de la Ciudad de Puebla, este lugar toma su nombre debido a su arquitectura. Si uno observa – y no se necesita una observación a detalle – uno puede caer en cuenta de la forma de caramelo, merengue que posee la fachada del lugar, un pastel lleno de merengue en el centro de Puebla, construido gracias a la magia de la “argamasa” (cal + arena).

Construida en el siglo XVIII por Antonio Santa María y donada al patrimonio cultural en 1926 este lugar, después de la donación, se convierte en el primer museo de la Ciudad de Puebla, no solo representa un lugar que alberga grandes colecciones de lo más extraños y preciados objetos, sino que el visitarlo y recorrerlo, representa el estar dentro del primer espacio dedicado a las artes en la ciudad.

El lugar alberga una ecléctica colección de los más preciados objetos que uno pueda imaginar, desde artefactos de piedra de 21.000 años de antigüedad, peinetas, gemelos (binoculares), cigarreras hasta tijeras, faldas de china poblana y abanicos de marfil.  Llama la atención del visitante la hermosa construcción del lugar, uno difícilmente se imagina una familia viviendo en una casa así de grande - de hecho, en algunos cuartos aún se conservan las escaleras de acceso para la servidumbre, si bien pocos se lo imaginan, muchos lo desearían.

Objetos poco convencionales –pero geniales- y hermosas pinturas componen la colección que expone la Casa del Alfeñique, hermosos frescos de Fray Toribio de Benavente y Fray Julián Garcés (ambos, fundadores de Puebla), una sublime pintura, elaborada por el pintor Patricio Ramos, de la Batalla del 5 de Mayo de 1862.  Otras dos pinturas que retratan el mismo episodio pero desde perspectivas diferentes, sorpresa ante lo anterior.

Conforme las galerías van tristemente finalizando, me encontré con un cuadro decimonónico de Gonzalo Carrasco, Ángel con estandarte, que rezaba “Los limpios de corazón verán a Dios”, me hizo reflexionar: pues yo no sé si soy limpio de espíritu o no, no sé si llegaré ver a Dios o no, pero mientras eso llega, mejor disfruto del hermoso lugar en el que me encuentro, creo que es lo mejor que se puede hacer, no tan solo en la Casa del Alfeñique, sino también en la vida, no hay que preocuparse si se es limpio de corazón, si se verá –o no – o no a Dios, hay que preocuparse de apreciar con toda la intensidad la belleza del lugar que nos rodea.